Desde el siglo XIX hasta comienzos del siglo XX, el actual Parque de la Alquería del Pilar de Dos Hermanas fue lugar de recreo de la burguesía sevillana.
En su origen, el espacio ajardinado total de casi once hectáreas estaba constituido por cuatro fincas: tres pertenecientes al Conde de Ibarra y sus hijos (Huerta de San José, Huerta de San Luis y Villa Dolores) y la cuarta, La Alquería del Pilar, propiedad de D. José Lamarque de Novoa y su esposa, la poetisa Antonia Díaz. Este matrimonio convirtió su finca en lugar de inspiración y reunión de intelectuales de la época entre los que destacamos a Fernán Caballero, José de Velilla o José Cascales Muñoz, entre otros.
A comienzos de los años 80, el Ayuntamiento de Dos Hermanas fue adquiriendo la propiedad de todas la fincas para constituir un lugar de uso y disfrute en el casco antiguo de la ciudad. A lo largo de los 40 años de titularidad municipal, la fisonomía de los distintos espacios ajardinados se ha ido modificando paulatinamente manteniéndose muy poca organización respecto a su disposición original, quedando el resto del espacio dispuesto sin ningún criterio organizativo.
El trabajo del biólogo Jesús J. Cuenca
El biólogo Jesús J. Cuenca Rodríguez ha realizado un minucioso trabajo de catalogación de las especies existentes, así como de su evolución en los últimos 3 años. En su “Guía Botánica del Parque de La Alquería del Pilar” elaborada en el año 2020 y actualizada en junio del 2023 podemos constatar la pérdida de especies y ejemplares originales.
El temporal del pasado mes de octubre hizo estragos en el conjunto del espacio arbolado de la ciudad, lo que provocó la caía de cerca de 100 ejemplares en el Parque de La Alquería. Estas pérdidas, unidas a las ocurridas en el período comprendido entre 2020 y 2023, suponen la desaparición de 186 ejemplares de árboles, palmeras y algunos arbustos, en solo 3 años: los 1.371 ejemplares en 2020 se reducen a 1.185 en noviembre de 2023. De estos 1.185 ejemplares, 88 muestran mermas significativas (pudriciones, afecciones fitosanitarias, copas desestructuradas, troncos volcados, etc.) y 56 has sido terciados o desmochados; el resto de ejemplares también se encuentran afectados por problemas estructurales y/o fitosanitarios.
De lo que fue en su día un hermoso jardín, apenas quedan hoy ejemplares de aquella época que, por el mal cuidado, la falta de seguimiento, la no contemplación de medidas preventivas y una mano de obra carente de conocimientos específicos, no mantienen ni su aspecto ni su fisonomía. Los signos del deterioro son visibles a cualquier ciudadano que pasee y simplemente observe. Es incomprensible que todo este deterioro del patrimonio vegetal haya pasado inadvertido a los ojos de los técnicos del Ayuntamiento de Dos Hermanas.
Ante este panorama, lo que cabe preguntarse es: ¿cuál es el plan previsto de conservación de este peculiar patrimonio vegetal?, ¿cuándo van a realizarse acciones efectivas para su recuperación que no consistan en incrementar las zonas de césped, eliminar arbustos y continuar con podas agresivas?
Fuente: Parque La Alquería del Pilar, Historia del parque y guía botánica actualizada y completa, Jesús J. Cuenca Rodríguez. 12/2020
Propuestas del PP para el Parque de la Alquería del Pilar
En primer lugar, proponemos que se haga un inventario botánico de todo el patrimonio vegetal del parque, nos referimos a la información que se puede obtener de la página parquesyjardines.doshermanas.es , sino uno público con localización exacta de cada especie.
En segundo lugar, dada la gran superficie de zona verde de la ciudad, debe incrementarse la oficina técnica no solo en número de integrantes, sino en cualificación necesaria.
Y, en tercer lugar, en los pliegos de condiciones técnicas de las licitaciones Servicios de conservación y mantenimiento de zonas verdes municipales, jardineras, arbolado viario y fuentes ornamentales (recordemos en este apartado la última licitación con expediente 15/2020/CON), el espíritu de las mismas debe estar encaminado trabajar sobre un riguroso plan integral de mantenimiento y recuperación.
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Parque la Alquería. Historia y orígenes
Las palabras llenas de inspiración fluían en las tertulias literarias organizadas por los poetas Antonia Díaz y José Lamarque. En la segunda mitad del siglo XIX, el Parque de la Alquería del Pilar se convirtió en un punto de encuentro para la élite cultural de Sevilla, España e incluso del extranjero. Este frondoso jardín, con su magnífico palacio neomudéjar y una variedad de construcciones y adornos, fue creado para representar y difundir la cultura. Hoy en día, este espacio ha perdurado como parque municipal, manteniendo algunas de sus estructuras originales, como la pagoda china, el pabellón oriental y una sección del lago, recordando el carácter excéntrico de sus primeros propietarios. Además, el parque alberga un auditorio municipal moderno.
Antonia Díaz y José Lamarque, poetas tardorrománticos, crearon este jardín como un refugio para desarrollar su vida personal y artística. Aquí se reunían con amigos, intelectuales y artistas en animadas tertulias literarias. El jardín se diseñó alrededor de un evocador palacio de estilo neomudéjar y se adornó con diversas construcciones caprichosas: un torreón almenado, grutas, ninfeos, una montaña artificial con una pagoda, una ría navegable con puentes, faro, monóptero y cascada. Además, distribuyeron fuentes, estatuas de personajes mitológicos, esculturas de filósofos y poetas clásicos, y bustos de descubridores hispanos. También construyeron espacios para que anidaran los pájaros, un invernadero para plantas exóticas y un museo de Ciencias Naturales. El jardín se completaba con una zona boscosa de pino carrasco y lentisco al norte y un extenso huerto de cítricos al sur.
El sociólogo, escritor y periodista José Cascales Muñoz describió la Alquería del Pilar como «una mansión tan deliciosa que solo es comparable a uno de aquellos vergeles que los califas de Damasco regalaban a sus vates favoritos». Otros testimonios de la época describen la Alquería como un lugar de ensueño, rodeado de exuberantes jardines, una cascada y una ría navegable, invernaderos con plantas tropicales y un museo de historia natural.
El dramaturgo y poeta sevillano José de Velilla también dejó constancia de la belleza de los jardines, destacando las especies vegetales y la disposición de los elementos decorativos. Los jardines estaban adornados con flores de todos los tipos y árboles como magnolios, jacarandas y eucaliptos gigantes.
Antonio Prieto Granados, hijo de una niñera que trabajó con los Lamarque desde 1882, también dejó detalladas descripciones de los jardines y los edificios de la Alquería. Según él, Antonia Díaz supervisó personalmente la construcción y diseño de los jardines y los edificios, con la ayuda de un jardinero francés que trajo plantas y árboles de Francia y Bélgica. La finca incluía un huerto de naranjos, jardines ornamentales y varias edificaciones de servicio.
Uno de los elementos más significativos del jardín era «la Cruz de los Caballeros», un monumento del siglo XVII recuperado por José Lamarque que conmemoraba la muerte de un caballero en un duelo. Este monumento añadía un marcado carácter literario al jardín.
El edificio principal, situado en el centro de los jardines, es de estilo neomudéjar y está rodeado de varios caprichos y espacios ajardinados. El edificio cuenta con tres puertas: una orientada al sur que daba acceso al laberinto y al naranjal, otra al norte, donde estaban los jardines más interesantes, y una puerta de servicio al este. El edificio sigue la proporción áurea, lo que añade un elemento de armonía y belleza clásica.
El jardín también incluía un paseo de casuarinas y almeces, una gruta y un torreón medieval, y una cascada con una ría. Estas construcciones románticas y neoclásicas reflejaban los gustos e influencias literarias y artísticas de los propietarios.
El diseño del jardín incluía referencias al descubrimiento de América, con bustos de Cristóbal Colón y otros exploradores, así como un laberinto que simbolizaba una Rosa de los Vientos, una herramienta de navegación del siglo XV.
Hoy en día, el Parque de la Alquería del Pilar es un jardín literario lleno de poesía, alegorías y referencias a la obra literaria de sus creadores. Es un espacio donde la naturaleza, la historia y la cultura se entrelazan para crear un entorno único y evocador, una representación del paraíso en la tierra según la visión de Antonia Díaz y José Lamarque.